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Disciplina Positiva: educar con amabilidad y firmeza

22 enero 2020

Fundación Edelvives apuesta por la Disciplina Positiva como método educativo.

Disciplina Positiva

La Disciplina Positiva se fundamenta en la filosofía y las enseñanzas de Alfred Adler y Rudolf Dreikurs. Posteriormente, fue difundida por Jane Nelsen y Linn Lott, que, además, acuñaron el nombre.

La Disciplina Positiva está basada en el respeto y la confianza, lo cual fomenta en los niños autocontrol y autoestima, haciendo de ellos personas autónomas, responsables y respetuosas.
En palabras de Marisa Moya, magnífica facilitadora de este método educativo, «la Disciplina Positiva es sentido común y coherencia en la vida, en la educación y en las relaciones humanas». 

Los cuatro criterios de la Disciplina Positiva, que atienden las necesidades infantiles y, en general, de todo ser humano son:
  • Permite que los niños tengan un sentimiento de pertenencia, es decir, de conexión que es la clave para sobrevivir. Todos necesitamos sentirnos valiosos, significativos, ser vistos, y desarrollando este sentimiento de contribución los “complejos” de inferioridad son menores.
  • Desarrolla relaciones de respeto mutuo, pues es amable y firme al mismo tiempo. Amabilidad y firmeza al mismo tiempo es la piedra angular de la Disciplina Positiva.
  • Enseña habilidades de vida y sociales que provocan respeto, interés por los demás, capacidad para resolver problemas, responsabilidad…
  • Tiene efectos a largo plazo.
El castigo no cumple ninguno de estos criterios. 

«La clave de la disciplina NO es el castigo sino el respeto mutuo».

Las bases de la Disciplina Positiva son:

  • Colaboración.
  • Responsabilidad y autonomía.
  • Cariño y entendimiento.
  • Comprensión de las normas, por parte del niño.
  • Implicación. 
  • Libertad de actuación.
  • Desarrollo sano y feliz.

«El papel y la tarea del educador es acompañar desde la CONFIANZA y el AFECTO». 

Las diez pautas de la Disciplina Positiva son:

  1. Entiende al niño.
  2. Ayúdale a pensar, razonar y a decidir su comportamiento de manera racional.
  3. Sé un ejemplo.
  4. Establece objetivos de conducta involucrando al niño y elaborando un plan consensuado.
  5. Sé firme en tus decisiones, límites y normas con amabilidad y cariño.
  6. Dialoga con el niño.
  7. Enfócate en la solución, haciendo que el niño participe.
  8. Desarrolla su autonomía, será así una persona capaz de decidir.
  9. Céntrate en el acto en sí, no en la persona para no herir la autoestima del niño.
  10. Toma los errores como oportunidades maravillosas para el aprendizaje.

Todo esto se resume de la siguiente manera, utilizando, nuevamente, las palabras de Marisa Moya: «Aprovechar el error como oportunidad de aprendizaje, a través del enfoque en las soluciones, en vez de penalizar o avergonzar a los niños; alentar cuando no saben o no pueden, en vez de retirar el afecto y la confianza en sus posibilidades; promover la participación e involucrarles para garantizar la pertenencia y desarrollar la contribución... Estas son las bases sólidas para que los niños puedan crecer "fuertes por dentro"».

Encontrarás más información y experiencias sobre Disciplina Positiva en estos dos enlaces: