¿Cómo surgió este proyecto? ¿Qué te inspiró y qué buscabas con esta serie? 
Me gusta mucho jugar con las palabras y su significado, es un juego cotidiano que hago en mi casa, con mi familia y amigos. Con mis grupos de teatro hacemos ejercicios que demuestran que el tono y el significado de las palabras son de suma importancia. Una misma palabra en diferentes contextos puede significar cosas absolutamente diferentes. Me gusta mucho entrar en estas polisemias para buscar el acento más bonito y jugar. Muchos de los malentendidos que surgen en una conversación tienen que ver con el sentido que le damos a las palabras y el que se interpreta.

En esta serie, el lenguaje y los distintos significados de las palabras son vehículos para profundizar en las formas de vivir la vida, ¿cuán importante es para ti el lenguaje y la manera en el que lo empleamos?
Tiene toda la importancia. Yo suelo decir que «nada da igual» y en el lenguaje, con mucha más fuerza. Encontrar el acento preciso que da sentido a nuestras palabras nos ayuda a vivir con más hondura, plenitud, alegría, profundidad… Las palabras me parecen una herramienta fundamental para, en primer lugar, elegir la forma en la que queremos vivir… y, en segundo lugar, para estar atentos a todo lo que nos rodea, sin dejar escapar detalles… Como quien saborea un buen plato de comida, las palabras nos ajustan, si no las escupimos o las devoramos…, si las aprendemos a degustar.

Háblanos de por qué has elegido estos dos conceptos, estas dos palabras, para los siguientes títulos de tu serie: ¡Salta! y ¡Silencio!
Cuando pensé en esta serie, meditaba sobre los conceptos más importantes que observo a mi alrededor…, por un lado porque veo que carecemos de ellos y por otro, por buscar el acento más esperanzador de mis propios descubrimientos y críticas. Buscar conceptos que nos ayuden a «vivir bonito», por decirlo de alguna manera.

En el caso de ¡Salta! es una reflexión sobre la idea de vivir con confianza, algo que me preocupa y observo, que, de primeras,  andamos descreídos y escépticos…, y, sobre todo, es un canto a la valentía. A dar pasos, «saltos», siendo conscientes de que no todo está siempre colocado en su sitio, para mí es muy importante asumir riesgos y retos dando, a veces, saltos imposibles o mortales. Además, el juego polisémico del verbo saltar es amplísimo y divertidísimo: salta a la vista, salta por los aires, saltarse las normas, saltarse la dieta, salta la alarma, saltar a la fama…; me resulta muy inspirador.

¡Silencio! es otro de los conceptos que más me preocupan actualmente. Todos necesitamos silencio, pero nadie lo busca…, y vivimos rodeados de demasiado ruido. Ruido exterior, pero sobre todo interior. El silencio que nos viene a la mente al oír la palabra es el que tiene que ver con un castigo o con un lugar incómodo…, pero el silencio bien entendido es un regalo necesario que dar y darnos frente a las prisas y el ruido cotidiano.

El libro está ilustrado por ti ¿cómo describirías esas imágenes?
Necesitaba una forma de dibujar sencilla donde la expresión fuera lo más importante. No creo ser un buen viñetista, pero la idea de fondo era hacer viñetas ilustradas de todas mis reflexiones y descubrimientos; como ejercicio de simplificación me propuse un juego: solo línea y tres colores.

Salta! y ¡Silencio! están dirigidos a un público joven-adulto.