El pasado sábado 31 de mayo, el auditorio del Colegio San Agustín de Lima se transformó en un espacio privilegiado para la realización del II Encuentro Internacional de Educadores, reuniendo a más de un centenar de docentes peruanos y latinoamericanos en una jornada de reflexión y formación. Bajo el título «Interioridad Transformadora», Isabel Gómez Villalba —docente e investigadora en la Universidad San Jorge, especialista española en interioridad, educación integral y formación docente con un enfoque humanista cristiano, además de autora reconocida de nuestro proyecto de religión FanFest y de diversas publicaciones en Ediciones KHAF— lideró esta enriquecedora experiencia formativa.

El evento fue posible gracias a la alianza estratégica entre el Centro de Espiritualidad Agustinos (CEA) y la Fundación Edelvives, contando con el respaldo fundamental de M&M Educación, distribuidor oficial local, bajo la dirección de Daniel Morales.

Esta jornada se enmarca en una propuesta educativa cada vez más urgente: educar no solo para el saber, sino para el ser. Y en esa línea, Isabel Gómez Villalba ofreció una mirada profunda y actual sobre la inteligencia espiritual, una dimensión poco trabajada en los sistemas educativos convencionales, pero absolutamente necesaria para formar personas completas, con identidad, sentido y vocación de servicio.

La vida espiritual como una semilla que necesita ser educada
Durante su ponencia, Isabel desarrolló el concepto de inteligencia espiritual como la capacidad del ser humano de abrirse al misterio, interrogarse por el sentido profundo de la vida, vivir con propósito y experimentar la realidad desde una dimensión trascendente. Citando una de sus convicciones centrales —«la vida espiritual está en potencia en todo ser humano y requiere de educación para desarrollarse en plenitud»—, invitó a los presentes a incorporar esta dimensión en el quehacer educativo cotidiano.

A través de ejemplos prácticos y fundamentos pedagógicos, explicó cómo diseñar situaciones de aprendizaje que favorezcan el cultivo interior. Subrayó que la espiritualidad no se opone a la ciencia, sino que la complementa.
Su enfoque se aleja de modelos reduccionistas que entienden la espiritualidad como un tema confesional o privado. Así, defendió que educar en interioridad es una responsabilidad ética de toda comunidad educativa —sea laica o confesional— porque permite que cada estudiante descubra quién es, qué lo mueve, qué sueña, y desde ahí, construya su proyecto de vida.

In&Out: educar desde dentro hacia fuera
Uno de los puntos más potentes de la jornada fue la introducción del paradigma In&Out, que articula dos dimensiones fundamentales:

• In (interioridad): el trabajo profundo con uno mismo, el autoconocimiento, la conexión con el sentido y la dimensión espiritual.
• Out (exterioridad): la expresión concreta de ese proceso interior a través del compromiso con el otro, con la comunidad, con la transformación del mundo.

En esta perspectiva, Isabel presentó el Aprendizaje-Servicio (ApS) como una metodología pedagógica transformadora que permite encarnar este movimiento de dentro hacia fuera. El ApS combina contenidos curriculares con proyectos de acción social, permitiendo que los estudiantes aprendan mientras sirven.

Así, el ApS se convierte en una vía privilegiada para materializar el cultivo de la interioridad en acciones concretas de amor, justicia y solidaridad, donde el aula se transforma en un taller de humanidad y servicio.

San Agustín como fuente y horizonte
Desde una visión cristiana y agustiniana, Isabel recuperó también la espiritualidad de san Agustín, cuya experiencia interior marcó su vida y pensamiento. Citó con fuerza el pasaje de las Confesiones -“Tú estabas dentro de mí, más interior que mi parte más íntima, y más alto que la parte más alta de mí”- para subrayar que la verdadera transformación nace cuando el ser humano reconoce en su interior la presencia de Dios.

En ese sentido, vivir una espiritualidad auténtica implica también una exterioridad comprometida, un deseo profundo de amar como Cristo y de construir comunidad desde la compasión. «Solo porque el ser humano tiene esta forma de inteligencia —dijo Isabel— puede vivir la experiencia religiosa». Y añadió: «La creencia religiosa es una manifestación, un desarrollo de la inteligencia espiritual».

Una alianza que hace posibles caminos nuevos
El evento fue posible gracias a la colaboración entre la Fundación Edelvives y el Centro de Espiritualidad Agustinos (CEA), una alianza que viene impulsando encuentros formativos de alto impacto en la región. Esta iniciativa no sería posible sin la gestión y entrega del equipo de M&M Educación, distribuidor oficial de Edelvives en Perú, que asumió la organización local del evento bajo el liderazgo de Daniel Morales.

Este encuentro fue una experiencia transformadora que confirmó que la educación es un acto espiritual en sí mismo y un imperativo para cualquier comunidad educativa que quiera preparar a sus estudiantes para la vida, y no solo para el éxito.