Hace unos meses, el Grupo Edelvives cerró un acuerdo de colaboración con Dide gracias al cual se convirtió en su distribuidor oficial exclusivo. De esta forma, Edelvives ha puesto a disposición de padres y educadores una plataforma para identificar necesidades educativas en los niños y los adolescentes. Un nuevo reto para la editorial, líder en innovación pedagógica y tecnología educativa.

Hemos reunido a Alejandro Cebrián, director de operaciones del Grupo Edelvives; a Alberto Ramírez, CEO del Grupo VS y fundador de Dide; y a Manuel Antonio Fernández, neuropediatra fundador y director del Instituto Andaluz de Neurología Pediátrica (INANP). En una distendida charla, les hemos preguntado sobre el funcionamiento y las prestaciones de esta herramienta y sobre lo que supone esta revolucionaria herramienta online.

«Una metodología de prevención».

La primera pregunta era obligada: ¿qué es Dide? Alberto Ramírez, recoge el guante y con una sonrisa en el rostro, nos cuenta que «es una metodología de prevención que ayuda a conocer mejor al niño o a la niña. Facilita una visión global del perfil para detectar, tempranamente, sus fortalezas, sus dificultades y sus necesidades». 

Esta novedosa herramienta digital identifica precozmente las potencialidades y las dificultades educativas en menores entre 2 y 18 años, relacionadas con su aprendizaje, su desarrollo, sus emociones y su comportamiento. Además de las situaciones relacionadas con el aprendizaje, evalúa, entre otros, la nutrición, la autoestima o el uso de las nuevas tecnologías, hasta un total de treinta y cinco indicadores. Ha sido creada por profesionales de la orientación educativa: psicopedagogos, pedagogos, psicólogos, logopedas… y está basada en el método de la observación.

Lo primero que llama la atención es que se empiece a evaluar a los menores con tan solo dos años. A este respecto, el director del INANP explica que «en los primeros años es cuando el sistema nervioso tiene un mayor potencial de desarrollo y capacidad de compensar las posibles dificultades con las que se encuentra. Una detección precoz puede permitir limitar las repercusiones y, en determinados casos, incluso normalizar el desarrollo. Precisamente por ello, la detección precoz, como primer paso para la intervención temprana, es fundamental para el buen porvenir de los niños con dificultades».

«Una herramienta muy sencilla y completamente online».

Muchos padres y educadores temen que este tipo de herramientas necesiten una formación especializada y que su manejo sea complicado. Cebrián niega con la cabeza y asegura que es «muy sencilla y completamente online». Ramírez, que está de acuerdo con él, nos detalla que «tras el registro, el administrador inicia un estudio, selecciona la edad del niño y los indicadores a observar. Después, el sistema propone el cuestionario e invita a responder a los participantes. Cuando se reciben las respuestas se descarga el informe de resultados y las pautas de orientación».

Este informe ofrece a padres y educadores un análisis integral del desarrollo y el aprendizaje del niño o la niña. Es lo que Ramírez define como «un análisis 360º». Aclara que «consiste en poner en el eje central al menor y obtener información sobre aspectos significativos de su aprendizaje, desarrollo, relaciones sociales y comportamiento. Todo ello desde distintos puntos de vista: padres, docentes, profesores de apoyo…».

En este sentido Manuel Antonio Fernández nos destaca «la importancia de poder evaluar un determinado perfil de desarrollo infantil desde los primeros años. Aunque incluso antes del año se pueden apreciar rasgos generales, es a partir de los dos cuando se denotan las características principales del proceso de desarrollo individual». Además, añade que «a estas edades, los padres son habitualmente los primeros en detectar las primeras anomalías. En ese preciso momento es cuando los profesionales deberíamos estar alerta para tomar en serio la percepción de las familias». Se lamenta de que, con demasiada frecuencia, ven casos «en los que las sospechas de los padres no fueron atendidas y acabaron sin la atención necesaria para ayudar a los chicos».

Por este motivo, comenta Ramírez, la herramienta va dirigida a todo aquel que desee prevenir, detectar y conocer las necesidades del niño o la niña y desee favorecer su aprendizaje y bienestar, es decir, padres, docentes, orientadores educativos y/o profesionales de la salud. 

Estos tres profesionales coinciden en las ventajas que aporta la herramienta. Fernández explica que «Dide permite estandarizar un proceso de detección precoz mediante el análisis y la observación estructurada, basada en la información aportada por padres, educadores y/o terapeutas. Con estos datos se crea un perfil de desarrollo integral que nos muestra las potencialidades y debilidades de cada niño, así como de grupos definidos». Ramírez añade que «la obtención de ese “mapa de características” desde los 2 años de edad va a facilitar la intervención temprana y prevenir problemas educativos en el menor, incluso antes de que se hagan evidentes y manifiestos». Cebrián concluye que con Dide «se democratiza el acceso de todos los niños a una valoración 360º. Todos pueden ser evaluados de forma ágil y deslocalizada».

«Se democratiza el acceso de todos los niños a una valoración 360º. 

Cebrián, además, pone de relieve un dato interesante: «cuando hablamos de educación parece que solo se piensa en los contenidos curriculares y se desatienden otros aspectos como las habilidades, las capacidades, las emociones… que no deben pasar a un segundo plano». Además, considera que, en este momento, «hay un gran número de niños a los que por diferentes motivos no se les atiende. Por esta razón, Edelvives ha apostado por esta herramienta, donde la valoración de las necesidades está al alcance de todos los niños y ninguno queda excluido gracias a que se puede acceder a ella desde cualquier lugar y por la facilidad y la rapidez de la evaluación».